Día 1.- EL DIVINO CORAZÓN DE JESÚS
¡El
Corazón de Jesús! Una herida, una corona de espinas, una cruz, una llama,
"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres". ¿Quién nos ha
dado aquel Corazón? Jesús mismo. Él nos había dado todo: su doctrina, sus
milagros, sus dones de la
Eucaristía, su Madre divina. Pero el hombre permanece todavía
insensible a tantos dones. Su soberbia les hace olvidar el Cielo, sus pasiones
les hacen descender al fango. Fue entonces cuando Jesús mismo dirigió una
mirada piadosa sobre la humanidad; se apareció a su hija predilecta, Margarita
María de Alacoque, para manifestarle los tesoros de su corazón.
Día 2.- FUENTE DE SALVACIÓN
En
cada página del evangelio, el Corazón de Jesús habla de la fe. Por la fe Jesús
cura las almas, sana los cuerpos y resucita a los muertos. Cada uno de los
milagros es el fruto de la fe; cada palabra suya es una incitación a la fe
La
fe es necesaria como el pan que comes, como el aire que respiras. Con la fe
eres todo; sin la fe no eres nada. Con frecuencia nuestra fe es lánguida como
una llama a punto de extinguirse. Cuando en los campos, en las casas, en las
oficinas, en las tiendas, se mofan de tu fe ¿sientes el coraje de defenderla
sin sonrojarte, sin respeto humano? Cuando las pasiones te asaltan
ferozmente, ¿Te acuerdas que con un acto
de fe resultas invencible porque Dios combate por ti y contigo?
Día 3. -LA CORONA DE ESPINAS
Si
observas al Corazón de Jesús, pruebas un sentimiento de pena. Es coronado de
espinas, mana sangre, es traspasado su Corazón. Es el símbolo de la vida de
Jesús. Nacido en medio de sufrimientos, abraza al dolor, abraza una cruz, la
lleva al Calvario, muere crucificado.
Jesús
valora el dolor y crea una escuela: "Quien quiera venir en pos de mí, tome
su cruz" (Mt.16,24). Es una frase un poco amarga, un poco triste, pero es
así. El dolor cristiano está para purificar, para santificar las almas.
La
cruz que Él te da es aquella que es buena para ti. Trata de tener devoción a tu
cruz; ámala, como la amaron los Santos, como la amó Jesús.
Día 4.-EL AMOR DE DIOS
Jesús
te ama... y te da su Corazón, símbolo de amor. Sobre este corazón se enciende
una llama que quiere extenderse e inflamar todos los corazones. ¡Jesús te ama!.
He venido -dice Jesús- a traer el fuego del amor sobre la tierra y ¿qué puedo
desear sino que ese fuego se encienda?
Mírate
a ti mismo. ¿Cómo correspondes al amor de Jesús? ¿Lo amas con todo tu corazón,
con todas las fuerzas?
A
la mañana, cuando te despiertas, ¿tienes un pensamiento para Jesús? ¿Le rezas
durante el día alguna jaculatoria?
Día 5.-LOS MANDAMIENTOS DE DIOS
Jesús
habló claramente: "Si me amas, guarda mis mandamientos"¿Quieres
salvarte? Observa mis mandamientos. Aquí no hay escapatoria: para querer bien a
Jesús y para salvarte, es necesario que hagas lo que Él te manda: observar sus
santos mandamientos.
A
ti no te queda mas que obedecer. Sí, es necesario obedecer. Pero la obediencia
debe ser completa; observarlos todos y siempre.
Dios
no ha dado ni cinco, ni siete mandamientos, sino diez; y al infierno se va lo
mismo por transgredir uno que los diez. A la cárcel no se va por cometer muchos
delitos; basta un solo delito.
Día 6. -LA AGONÍA DEL CORAZÓN DE
JESÚS
También
Jesús llora. ¿Recordáis el Huerto de los Olivos? Allí, el Corazón de Jesús fue
expuesto al dolor, al miedo, a la tristeza. Aquí Jesús te renueva aquella
triste escena. Pide adoradores, tiene sed de almas, y está solo, abandonado,
olvidado. Solo en la noche. Solo en las largas jornadas. Siempre solo. ¿Irá
quizá alguno a hacerle compañía?
Jesús
vive en el sagrario y es abandonado por el hombre. Quiere ser su comida y sufre
el rechazo. Derrama por él su sangre y la derrama inútilmente.
En
vano el Señor llama adoradores a su altar. En vano llama a las almas a la
comunión; pero los hombres se obstinan en vivir lejos de Él. Por eso, Él está
triste.
Día 7.-EL PECADO MORTAL
Jesús
llora ante la muerte de su amigo Lázaro. ¿Sabes tú por qué Jesús ante el
cadáver de su amigo llora, vibra, reza?
Porque
era cadáver. He aquí tu imagen cuando te duermes en el pecado. No bastan las
invitaciones del ángel custodio, las oraciones de la madre, los consejos de los
amigos, las correcciones del confesor. Queremos un milagro de Jesús. Es Jesús
mismo quien debe llorar, gritar, rezar por ti, alzar su voz. ¿Y tú tan
fácilmente te abandonas al pecado?
Con
un pecado mortal pierdes todo, todo está perdido. Tú eres sensible a todos los
afectos más tiernos y delicados. ¿no sientes nada al ofender a Dios, al ponerlo
de nuevo en la cruz? Sobre tu frente está esculpida la imagen de Dios y tú la
manchas para echarla en el fango.
Día 8.-EL ESCÁNDALO
El
corazón más dulce y más humilde de la tierra es el Corazón de Jesús. Pero este
corazón divino no puede quedar indiferente frente a la ruina de tantas almas y
es entonces cuando se conmueve y grita: ¡Ay, del mundo por los escándalos!
Jesús
trabaja por la salvación de las almas; el escándalo roba las almas a Jesús para
dárselas al demonio. Jesús muere en la cruz para redimir a los pecadores; el
escándalo hace estragos de la inocencia, destruye y arruina la obra de la
redención.
Dice
San Agustín que el escandaloso sufrirá tantos infiernos como las almas que él
ha asesinado. Examínate bien. La
Magdalena fue escandalosa, pero reparó y llegó a ser santa.
Haz tú lo mismo.
Día 9. -EL PECADO VENIAL
En
el tribunal de Anás, Jesús recibe una bofetada de un siervo y en la humildad de
su Corazón exclama: El pecado venial deliberado es una bofetada a Jesús; no lo
pone en la cruz como el pecado mortal, pero es siempre un agravio, una
injusticia, una ofensa.
¿Qué
diríamos de un criado que obedeciese los mandatos del amo, pero despreciase sus
deseos y sus consejos? ¿Qué diríamos de un hijo que diese una bofetada a su
madre? Nosotros hacemos algo peor con Jesús cuando cometemos el pecado venial.
Día 10.-LA MURMURACIÓN
Toma
la vida de Jesús y léela a fondo: no verás en Él una palabra de murmuración. El
Sagrado Corazón es siempre Él mismo: tiene una palabra dulce para los justos y
los pecadores, una palabra de ternura para sus traidores, una palabra de perdón
para los que le crucifican. Sobre todos extiende el manto benigno de la
caridad. Por eso odia tanto la murmuración y establece una regla especial:
"No juzguéis y no seréis juzgados", dice.
En
la medida con la que juzguéis a los otros, seréis juzgados. ¿Por qué ves la
mota en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo?
Día 11.-EL RESPETO HUMANO
A
Jesús no le valen las medias tintas, las almas insípidas. Él quiere cristianos
solo de una pieza; tiene el corazón abierto para todos, también para los
corazones más obstinados, pero no quiere saber nada del respeto humano. Muchas
veces nos ha dicho que no podemos servir a Dios y al mundo. Él ha hablado
claro, que si queremos contentar al mundo, no estamos con Él, estaremos en
contra de Él.
Tú
sabes que ciertas amistades son un continuo peligro para el alma y comprendes
que no te dejan tranquila la conciencia y no te sientes con fuerza de romper
esa triste cadena. ¿Cuántas veces no has observado los preceptos de la Iglesia por no huir de las
críticas de alguna mala lengua?
Día 12.-LA CONFESIÓN
El
Corazón de Jesús es un corazón de padre y como el padre está siempre dispuesto
a perdonar las culpas del hijo; el Corazón de Jesús quiere hallar el medio con
el que tú puedas encontrar siempre el perdón de tus pecados.
Le
presentaron a Jesús 10 leprosos y Él les dijo: "Id a presentaros a los
sacerdotes". Ellos obedecieron y fueron curados. Jesús quiere así
prepararnos con el sacramento de la Penitencia que instituyó cuando dijo a sus discípulos:
"Recibid el espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados les serán
perdonados; a quienes se los retengáis les serán retenidos".
El
mismo Concilio de Trento llama a la confesión,
segunda tabla de salvación después del naufragio. ¿Y tú no la estimas?
Día 13.-OCASIONES PELIGROSAS
Hasta
ahora hemos tomado del Corazón de Jesús aquellas palabras que condenan el
pecado. Ahora Jesús quiere sugerirnos también el medio con el que podemos
evitar la huida de las ocasiones peligrosas. No hay escapatoria. ¿Quieres huir
del pecado? Debes necesariamente evitar las ocasiones. Reza, confiésate, pero
si no huyes de las ocasiones peligrosas todo será tiempo malgastado. ¿Cuáles
son las compañías que frecuentas? ¿Quizá se encuentran allí personas con las
que permites confidencias que hacen llorar a tu ángel custodio? ¿Se encuentra
acaso alguna persona que te insinúa dudas sobre la fe, que susurra palabras que
repugna oírlas, que te aleja de tus prácticas de piedad?
¿Cuáles
son tus diversiones? ¿Son acaso ciertos lugares donde todos pierden la
vergüenza, donde las pasiones se levantan impetuosas?
Día 14.-LAS TENTACIONES
Los
apóstoles se acercaron un día a Jesús y le dijeron: "Maestro, tú nos
invitas siempre a orar; nosotros somos ignorantes, enséñanos tú. Y Jesús siempre
bueno, respondió": Cuando oréis hacedlo así: Padre nuestro que estás en
los cielos; y les enseñó la estupenda oración del Padre nuestro. ¿Sabes por qué
Jesús quiere que oremos al Padre para no dejarnos caer en la tentación? Porque
Él sabía que el demonio nos tentaría siempre y quería que nosotros pidiésemos
la ayuda celestial para no sucumbir a la tentación. Él mismo permitió que el
demonio le tentase para darnos ejemplo.
Día 15. -EL VALOR DE LA ORACIÓN
Jesús
invita, recomienda, impone la oración, une a ella toda gracia, toda bendición
hasta la salvación eterna. Él mismo reza por todas partes y siempre: en el
templo, en el Huerto de los Olivos, en el monte, sobre las aguas, en las plazas
y en las sinagogas.
San
Pedro corre el peligro de hundirse en las aguas y reza; la oración lo
fortifica. Marta y María piden llorando ante Jesús en la hora del dolor y la
oración las consuela.
Rezan
los Apóstoles en el cenáculo y la oración hace descender al Espíritu Santo con
sus dones celestiales. Y tú, ¿cuándo rezas? ¿Sólo cuando estás enfermo o cuando
quieres que algo te salga bien?
Reza
siempre porque siempre tienes necesidad de permanecer junto a tu Dios.
Día 16.- RESPETO A LA IGLESIA
El
celo más santo tiene sus manifestaciones más sublimes; no puedo admitir todos
los obstáculos que se interponen a la gloria de Dios. He aquí al Corazón de
Jesús encendido del celo más ardiente por la gloria del Padre; por Él obra, por
Él sufre, a Él da gracias
¿Estás
verdaderamente persuadido de que la
Iglesia es en verdad la casa de Dios, el lugar donde están
los ángeles para hacer la guardia a Jesús eucaristía, el lugar donde se
manifiesta más claramente a las almas. Y si estás plenamente convencido, ¿con
qué intención te acercas a la iglesia? Déjate guiar por el amor que Dios te
tiene.
Día 17.- SEMBRAR OBRAS DE BIEN
El
Corazón de Jesús habló claro y fuerte: Toda la ley divina se compendia en los
mandamientos: el amor a Dios y el amor al prójimo. Sin estos dos amores es
imposible agradar al Señor, es imposible entrar en el Cielo. Pocos comprenden
bien en qué consiste el amor al prójimo. Si crees que amar al prójimo basta con
no odiarlo, no hacerle mal, sólo crees a medias. No, esto será de buenos
hombres, pero no de buenos cristianos. El amor es operativo y debe manifestarse
haciendo aquello que queremos y deseamos se nos haga a nosotros. La prueba
generosa de este amor viene dada por el ejercicio de las obras de misericordia.
Jesús
tiene como hecho a sí mismo todo lo que se hace a los pobres en su nombre. Y
cuando alguna persona está enferma, busca una media hora para visitarla, para
darle una palabra de ánimo, para consolarla en sus dolores, para animarla a la
paciencia, a la santa resignación a la voluntad de Dios.
Día 18.-CUIDA DE LA JUVENTUD
El
Corazón de Jesús ama a todos, pero tiene un amor especial por los jóvenes, por
los niños. "Dejad que los niños vengan a Mí". Jesús ve alrededor de
ellos a madres doloridas y llorosas. "Hijas de Jerusalén, no lloréis por
Mí, sino por vuestros hijos".
Ved
cómo hoy crece parte de la juventud. Son muchos los que crecen ligeros,
vanidosos, volubles, llenos de exigencias, inclinados a la arrogancia, a la
frivolidad, a la libertad desenfrenada. Son el llanto de tantas familias... y
en ocasiones el deshonor de la casa. Padres, que vuestra principal preocupación
sea vuestros hijos.
Día 19.-SED HUMILDES DE CORAZÓN
Cuando
el Corazón de Jesús quiso enseñarnos algo de sí mismo, lo dijo con una sola
frase: "Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón". Debe
tener, pues, un gran valor esta humildad si Jesús la estimó de tal manera hasta
anteponerla a todas las demás virtudes. Él recomienda la castidad, la caridad,
la obediencia, pero ninguna de estas virtudes da el privilegio que da a la
humildad con estas palabras: "Aprended de Mí que soy manso y humilde de
corazón".
Los
santos comprendieron bien esta sublime doctrina y no buscaron la santidad sino
por medio de la humildad, persuadidos de que la humildad es el fundamento de
todas las virtudes, el principio de toda gloria. La misma Virgen confiesa haber
recibido insignes favores del Señor porque Él vio " la humildad de su
esclava".
Día 20.-LA CASTIDAD
El
Corazón de Jesús es el emblema de la inocencia. Él quiere ser el cordero sin
mancha que se alimenta en un jardín de lirios. En su vida terrena, Jesús escoge
un precursor, mártir de la castidad; ofrece sus confidencias a un discípulo,
Juan, que es virgen. "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos
verán a Dios". La Iglesia
amará la castidad como el ornamento más delicado y suave de sus ministros ... y
los santos la magnificarán como la virtud angélica... creadora de los ángeles
sobre la tierra
Día 21.-LA MORTIFICACIÓN
Es
el mandato de Jesús. Mandato duro para los cristianos débiles y demasiado
apegados a las propias comodidades. Mandato suave y dulce para aquellas almas
que sienten la belleza de la perfección, gustan las dulzuras íntimas de la vida
cristiana. "Quien quiera seguirme, debe renunciar a sí mismo"
Para
seguirle, para ser verdaderos cristianos, debemos corregir nuestros defectos,
mortificar nuestras pasiones y nuestros sentidos. El primer médico de nosotros
somos nosotros mismos.
Para
conocerte bien debes hacer el examen de conciencia cada día, cuando estás libre
de ocupaciones materiales.
¿Cómo
regulas tus pasiones? ¿Reina en tu corazón la soberbia, la avaricia, la cólera,
la indiferencia en hacer el bien, la envidia del bien ajeno? Bajo la excusa de
la prudencia,
¿
no escondes, quizá el respeto humano? ¿Cómo mortificas tus sentidos?
Día 22.-LA PERSECUCIÓN
Quien
más pesada, quien más ligera, todos tenemos una cruz personal que llevar, pero
no hay una común a todos; es la cruz predicha por Jesús cuando subió al monte
de las bienaventuranzas y pronunció las palabras que fueron una verdadera
revelación para sus discípulos: Dichosos vosotros cuando os ultrajen, os
persigan y mintiendo, digan de vosotros cosas malas, falsas, etc., por mi causa. Ser perseguidos por amor a
Jesús es una bienaventuranza. Alegraos porque será grande vuestra recompensa en
los cielos.
Día 23.-FRENTE
A TANTO MAL
Cuando
San Juan Bautista desde la prisión envió a dos de sus discípulos a Jesús para
pedirle si era verdaderamente el redentor prometido. Jesús, por toda respuesta
se refirió a los frutos: "Id y referid a Juan que los ciegos ven, los
cojos andan, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados". Jesús
quiere nuestra salvación. Él vive y obra por nosotros; por nosotros muere en la
cruz.
Siembra
mucho, siembra a manos llenas el bien; no se perderá en la tierra; fructificará
siempre para el cielo.
¡Cuántos
defectos en las personas que tú conoces, que tú quieres! ¡Cuántas malas
inclinaciones y quizá cuántos escándalos! Tú sabes que la caridad cristiana
obliga a todos a la corrección fraterna.
Día 24. - ACCIONES ÚTILES
¿Cuáles
han sido los dos grandes deseos del Corazón de Jesús? La gloria del Padre y la
salvación de las almas. Por la gloria del Padre, Jesús, con doce años, se
encuentra con los doctores del templo; por su gloria recorre toda Palestina,
bendiciendo y curando, y cuando llega la hora del suplicio, alza los ojos al
cielo y reza: "Padre, yo te he glorificado en la Tierra donde he cumplido la
obra que me has confiado. Padre, yo he manifestado tu Nombre a los hombres que
me has dado. Santifícalos en la verdad. Con estas pocas palabras, Jesús explica
su gran misión: Darle mayor gloria al eterno Padre y salvar las almas
perdidas."
Proponte
ofrecer cada día al Señor tus acciones y hacerlas con el único fin de darle
gloria, de agradarle.
Día 25. -LA PRESENCIA DE DIOS
Escucha
las exhortaciones de Jesús: "Cuando hagáis limosna recordad que el Padre
ve en lo escondido; que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha.
Cuando reces, entra en la habitación y cierra la puerta pues el Padre ve en lo
secreto. Cuando ayunes, tu ayuno no se manifestará a los hombres, pero tu Padre
celestial ve todo a tu alrededor... dentro de ti. También las mínimas cosas
escondidas a los hombres no se esconden de su divina mirada. Nadie puede
penetrar en los secretos de tu corazón. Dios, sí. Cuando crees que estás solo
hay siempre un ojo que ve tus acciones, un oído que siente tus palabras, una
mano que escribe tus pensamientos. ¡Dios te ve!
Día 26. - DEVOCIÓN A LA VIRGEN
Jesús
antes de morir, dio su testamento. En medio de la agonía contempla al discípulo
predilecto y le dice: "He aquí a tu madre". Por su última voluntad,
María se convierte en madre de todos.
Jesús,
que amaba perfectamente a su madre, se mostró siempre sometido y obediente a
ella.
Todas
las gracias del Señor vienen a ti por su mediación. Y si la estimas. ¿Cómo
tratas de amarla? Un hijo que dice amar a su madre y después la ofende no es
sincero; es un mal hijo. ¿Y tú no ofendes a la Virgen con tus faltas de
amor?
Día 27. -EL PREMIO FINAL
¡Qué
premio tan hermoso te ha reservado el Sagrado Corazón!
Es
el momento en que, el solo pensamiento
hace estremecerse: el momento de la muerte. Ante este pensamiento, el hombre
tiembla, se agita; sin embargo, debe afrontarlo con amor y con la esperanza
puesta en la misericordia de Dios.
Jesús
te sonríe y quiere asegurarte la muerte santa, la muerte del justo. Entre las
promesas que hizo a Santa Margarita María quiere recordar este punto: "Mi
corazón será para todos mis devotos el seguro asilo en vida y especialmente en
el momento de la muerte".
Si
quieres, pues, afrontar la muerte con la calma del justo, trata de creer en
Jesús, de vivir en Jesús. Entonces será cuando Él te dirá estas dulces
palabras: "Hoy estarás conmigo en el paraíso".
Día 28. -LA SANTA MISA
¡El
Sagrado Corazón de Jesús se hace víctima por todos en la eucaristía! Es el sol
de la tierra. En la Misa
no eres tú el que rezas, es Jesús quien reza por ti. Es la gloria y la alabanza
a la Trinidad,
la alegría de los ángeles, el camino del perdón de los pecadores, la fuerza y
la gracia de los justos, el refrigerio de las almas del Purgatorio, la alegría
de los ángeles, el camino del perdón de los pecadores, el beneficio de la Iglesia, la medicina
contra las enfermedades espirituales. San Isidro Labrador antes de irse al
campo se empapaba de este bálsamo de adoración y amor. ¿Cómo vives tú la Santa Misa?
Día 29. -
EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Una
dulce palabra sale del sagrario: "Venid a mí todos los que estáis cansados
y agobiados, que yo os aliviaré". ¿Quién habla así? El Corazón de Dios. ¿A
quien habla? A la pobre criatura débil y enferma. ¿Para qué te llama? Para ser
tu fuerza, tu consuelo. Jesús se ha hecho víctima en la Misa. Desea que tú lo
recibas en la comunión. Quiere también ser visitado por ti, quiere hablar sólo
con tu corazón.
¿Cómo
practicas este deseo del Sagrado Corazón? ¿Vas cuando puedes a la iglesia a
adorarlo, a ofrecerte a Él, a tomar fuerza, a hacer la comunión espiritual? ¿Le
pides perdón por tus culpas pasadas, por los pecados de tu familia, de tus
parientes? ¿Lo reparas por tantas almas ingratas, por tantos pecadores
moribundos?
Día 30. - LA
COMUNIÓN REPARADORA
Si
quieres amar al Corazón de Jesús debes comulgar su cuerpo muy frecuentemente.
¿No eres digno? Y para hacerla una vez al año ¿te sientes digno? No eres
perfecto. Pero la comunión no es un premio; es un medio para llegar a la
perfección. ¿Tienes muchos defectos? Para corregirlos tienes necesidad de la
comunión. No son los sanos los que tienen necesidad de curación, sino los
enfermos. ¿No sabes que la comunión borra por sí todos los pecados veniales y
preserva de los mortales?