Peregrinos de la Vida

4 de junio de 2013

Pentecostés, los dones del Espíritu Santo.

 Durante Pentecostés se celebra la venida del Espíritu Santo.
Por ello también se le conoce como la celebración del Espíritu Santo. La liturgia incluye la secuencia medieval “Veni, Sancte Spiritus”.

Pentecostés es el fruto de la obra realizada por Cristo.
Fue el mismo Cristo simplemente quien envió al Paráclito, en referencia al Espíritu Santo y lo puso de manifiesto en la siguiente frase: "Un río de agua viva, resplandeciente como el cristal, saliendo del trono de Dios".
Ese Espíritu Santo aparece moviendo a Jesús durante toda su vida. Fue Él quien cubrió el seno materno de María antes de que Jesús naciera (Lc 1:35).
Más tarde, descendió de forma visible en el momento del bautismo de Jesús (Mt 3:16), y posteriormente lo condujo al desierto (Lc 4:1) para devolverlo luego a Galilea.
En la Iglesia, Pentecostés es la confirmación de la promesa de Jesús: “Dentro de pocos días seréis bautizados en el Espíritu Santo” (Hch 1:5)
El Padre se complace y ordena, el Hijo obra y forma, el Espíritu nutre e incrementa”.
 
 
El Papa Francisco durante la homilía de la misa de Pentecostés dijo:
El Espíritu Santo nos muestra el horizonte y nos impulsa a las periferias existenciales para anunciar la vida de Jesucristo. Preguntémonos si tenemos la tendencia a cerrarnos en nosotros mismos, en nuestro grupo, o si dejamos que el Espíritu Santo nos conduzca a la misión. Recordemos hoy estas tres palabras: novedad, armonía, misión.
Y Juan Pablo II dijo:

Espíritu de consuelo, fuente inagotable de gozo y de paz,
suscita solidaridad para con los necesitados,
da a los enfermos el aliento necesario,
infunde confianza y esperanza en los que sufren,
acrecienta en todos el compromiso por un mundo mejor.
Espíritu de vida, por el cual el Verbo se hizo carne
en el seno de la Virgen, mujer del silencio y de la escucha,
haznos dóciles a las muestras de tu Amor
y siempre dispuestos a acoger los signos de los tiempos
que Tú pones en el curso de la historia.

En la compañía de nuestra Madre Celestial.