"La
peregrinación tiene un significado espiritual muy profundo y puede
constituir, ya de por sí, una importante catequesis.
Hoy día hay en el mundo un resurgir de la práctica de la peregrinación"
(Mensaje de Juan Pablo II)
Hoy día hay en el mundo un resurgir de la práctica de la peregrinación"
(Mensaje de Juan Pablo II)
Las
peregrinaciones son una oportunidad de admirar, compartir y
transmitir
la palabra que Dios ha confiado a nuestra alma espiritual.
Se
convierten en una escuela ambulante de formación y profundización
en nuestra identidad y misión en la tierra.
Es un
compromiso de fe y la disponibilidad propia para caminar juntos en la
senda espiritual, formativa y familiar que cada peregrinación traza
ante nosotros.
Crecer en
el amor a Jesús y María y empaparnos en el conocimiento de sus tesoros,
santos, santuarios, reliquias, espiritualidades, nos llevan a
contemplar, a profundizar y palpar las gracias que se comunican a
través de estos lugares.
Peregrinaremos
juntos con un solo corazón y una sola mente.
Entrar en
los misterios de amor de Cristo a través de María para ser testigos
del triunfo del Amor en el momento histórico que estamos viviendo.
En espíritu
de familia, en unidad y alegría, peregrinaremos juntos, enlazando
nuestros corazones como un rosario viviente.
Lo
importante será lo que el Señor nos enseñe en cada lugar, la
recepción a todas las gracias y enseñanzas y la responsabilidad
personal de asimilarlas y hacerlas crecer.
Lo más
importante no es cuánto veamos o hagamos, sino que dé el fruto
máximo y mayor en nuestros sedientos corazones.