Peregrinos de la Vida

29 de abril de 2013

Peregrinación a Roma en el Año de la Fe.




Querido peregrino, querida peregrina:

Como respuesta a la invitación del Papa Benedicto XVI, estás por iniciar una peregrinación que te llevará a la tumba de Pedro para profesar tu fe, uniéndote aún más profundamente a la fe indefectible y sólida de la Iglesia.

Esta peregrinación a Roma, con la visita a sus grandes Basílicas y monumentos, te permitirán vivir las cuatro dimensiones de la fe indicadas por el Santo Padre: la "oración", la "celebración", el "testimonio" y la "profesión" (Porta Fidei n.9; Juan Pablo II)

Quizá te haya invitado un amigo, un sacerdote... quizás vengas a pasarlo bien, a conocer las raices... ambas cosas pasarán, pero sea por lo que sea, no ha sido una casualidad que estés aquí. Detrás de cada una de las razones que dés hay Alguien que te ha traído para que recorráis juntos este camino y sea una experiencia inolvidable.

Para un cristiano, Roma no es sólo una ciudad de gran interés artístico o histórico, sino mucho más: es una vuelta a tus orígenes, el escenario de una maravillosa historia que será siempre actual. Por eso queremos conocer mejor los principales vestigios de la fe católica y de la historia de la Iglesia que se conservan en la Ciudad Eterna.

Durante este camino no vas a estar solo: tus compañeros de grupo y amigos, tus guías, los sacerdotes,... estarán a tu lado para llegar juntos a la tumba del Apóstol. Ellos también necesitan tu sonrisa, tu compañía, que estés a su lado... porque sólo unidos llegaremos a nuestra meta.

No olvides nunca que Él estará contigo durante todo el Camino.





CREDO, DOMINE

Himno del Año de la Fe

Caminamos llenos de esperanza, a tientas en la noche.
Tú que estas en el Adviento de la historia eres tú el Hijo del Altísimo.
Credo Domine, credo!
Con los santos que acompañan nuestro viaje, Señor, humildes, pedimos:
¡Aumenta, aumenta nuestra fe!
Credo Domine, adauge nobis fidem!

Caminamos solos y perdidos, sin el pan cotidiano.
Tú nos nutres en la gruta navideña, eres tú la estrella de la aurora.
Credo Domine, credo!
Con María, la modelo del creyente, Señor, humildes, pedimos:
¡Aumenta, aumenta nuestra fe!
Credo Domine, adauge nobis fidem!

Caminamos cansados y sufrientes, con las llagas abiertas.
Tú que sanas al que habita en el desierto, eres tú la mano que nos cura.
Credo Domine, credo!
Con los pobres que te esperan a la puerta, Señor, humildes, pedimos:
 ¡Aumenta, aumenta nuestra fe!
Credo Domine, adauge nobis fidem!

Caminamos con la cruz a cuestas, siguiendo por tus huellas.
Tú resurges victorioso de la muerte, eres tú el Viviente que no muere.
Credo Domine, credo!
Con los que renacen a una nueva vida Señor, humildes, pedimos:
¡Aumenta, aumenta nuestra fe!
Credo Domine, adauge nobis fidem!

Caminamos siguiendo la llamada de tu Pentecostés.
Tú recreas la presencia de aquel soplo, eres tú la Palabra del futuro.
Credo Domine, credo!
Con la Iglesia que anuncia tu Evangelio, Señor, humildes, pedimos:
 ¡Aumenta, aumenta nuestra fe!
Credo Domine, adauge nobis fidem!

Caminamos cada día que nos donas, junto a nuestros hermanos.
Tú nos guías por las sendas de la tierra, eres tú la esperanza verdadera.
Credo Domine, credo!
Con el mundo donde el Reino está presente, Señor, humildes, pedimos:
¡Aumenta, aumenta nuestra fe!
Credo Domine, adauge nobis fidem!